Esta mañana, corriendo por el Ribera de Castilla, me topé con un pito real, un tipo de pájaro carpintero, que andaba en el suelo y voló a una rama próxima. Ya lo había visto por el pinar, y eso que es bastante esquivo y huidizo, pero nunca lo encontré dentro de la ciudad. Genial.
(la foto no es mía, no llevaba cámara)
Hay días que aunque empiecen bien, haya aprovechado las horas y echo cosas, de pronto entro por la puerta del bar y se me cae el alma a los pies:
¡otra vez el día de la marmota! ¡noooo! (¿recuerdas la película?)
Es una sensación de rutina eterna, de paredes estrecharse... (aunque creo que desde que estamos juntos no me ha dado). Entonces le digo a Luis las palabras:
- Necesito un día de descanso.
Así que igual la próxima semana me voy por león (tarde+día entero+mañana), o me quedo por aquí y hago mil cosas, sin pisar el bar, por supuesto... ya veremos (igual se me pasa)
Mañana he quedado con Jesús, el cliente mayor, para echar un ajedrez. A ver si le opongo algo de resistencia. Pero bueno, otro día más superado.
Y encima hoy me has dicho unas palabras que me han conmovido.
gracias por estar ahí
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