Parece Kennedy no? Y a la vuelta:
Lo que me hace recordar la canción:
Y el poema:
Noticias para viajeros
Si todo es corazón y rienda suelta,
si en las caras hay luz de mediodía,
si en una selva de armas juegan niños,
si cada calle la ganó la vida,
no estás en Asunción ni en Buenos Aires,
no te has equivocado de aeropuerto,
no se llama Santiago el fin de etapa,
su nombre es otro que Montevideo.
La viste desde el aire, ésta es Managua,
de pie entre ruinas, bella en sus baldíos,
pobre como las armas combatientes,
rica como la sangre de sus hijos.
Viento de libertad fue tu piloto
y brújula de pueblo te dio el norte,
cuántas manos tendidas esperándote,
cuantas mujeres, cuántos niños y hombres,
al fin alzando juntos el futuro,
al fin transfigurados en sí mismos,
mientras la larga noche de la infamia
se pierde en el desprecio del olvido.
Ya ves, viajero, está su puerta abierta,
todo el país es una inmensa casa,
no, no te equivocaste de aeropuerto,
entra nomás, estás en Nicaragua.
si en las caras hay luz de mediodía,
si en una selva de armas juegan niños,
si cada calle la ganó la vida,
no estás en Asunción ni en Buenos Aires,
no te has equivocado de aeropuerto,
no se llama Santiago el fin de etapa,
su nombre es otro que Montevideo.
La viste desde el aire, ésta es Managua,
de pie entre ruinas, bella en sus baldíos,
pobre como las armas combatientes,
rica como la sangre de sus hijos.
Viento de libertad fue tu piloto
y brújula de pueblo te dio el norte,
cuántas manos tendidas esperándote,
cuantas mujeres, cuántos niños y hombres,
al fin alzando juntos el futuro,
al fin transfigurados en sí mismos,
mientras la larga noche de la infamia
se pierde en el desprecio del olvido.
Ya ves, viajero, está su puerta abierta,
todo el país es una inmensa casa,
no, no te equivocaste de aeropuerto,
entra nomás, estás en Nicaragua.
Yo misma escribí una noche lo siguiente:
No conozco la ciudad donde nací. Pero sí conozco su poesía, su música y sus pinturas. Conozco fotografías de pobreza y sonrisas.
Si tengo que pensar en Managua imagino que la veo desde arriba. Me asomo a la ventanilla del avión mientras me acuerdo de la poesía de Julio Cortázar que tanto sentimiento despierta en mí.
Managua se levanta desafiando a los edificios, con sus calles anónimas y su vegetación salvaje. Sus volcanes evocan tiempos pasados, en los que la lava que corría por su suelo no era lava sino sangre.
Es una ciudad que me hace recordar, aunque no me acuerde de ella, aunque nunca haya estado allí.
Siempre pensé que mejor ir sola que mal acompañada.. y ahora sólo pienso en ir contigo.
Parece Kennedy, es cierto.
ResponderEliminar¿Has tenido clientes yankis también?
Ya sabes que siempre me ha llamado la atención cruzar el charco e ir por sudamérica o centroamérica. Quién iba a decir que sería Nicaragua, con una managüensita...