Nos pasamos por el spa de Sedrun. Con viejo en pelotas incluído. Estuvimos en la sauna finlandesa, el baño romano, la piscina normal y luego en el kebab, que le encanta a Vania. Yo me tomé una birrita en lo que me lo pensaba. Al final me pedí otro. Odio el kebab, me recuerda a esas noches de cantarranas en las que necesitas comer algo porque sino mueres, entras a por un kebab y la salsa te termina de joder del todo y te prometes no volver al kebab un sábado por la noche. Y vuelves.
El spa bien. Traté de juntar ese momento con la primera semana que estuve libre, que fuí también a la piscina, y no había vuelto desde entonces. Como si sólo me separaran horas de la primera vez que libré, no sé si me explico. Como te dije antes, cuando me despedí de tí, hasta mañana.
no puedes estar más bonita
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